LA ENERGÍA DEL DINERO

Todo en la tierra es energía, energía que vibra en diferentes frecuencias; y todo en la tierra es dual, con su oscuridad y su luz. No hay día sin noche, ni muerte sin vida. Así como para poder apreciar el placer tenemos que experimentar el dolor, para sentir la paz tenemos que atravesar el caos y para poder diferenciar la bondad tenemos que ver la maldad. Y así podríamos analizarlo todo, porque todo tiene una polaridad. Polaridad que está en cada ser, vivo o inerte, en cada molécula de la existencia.

¿Y cuál es el papel del dinero en todo esto? Pues el dinero es como todo, una energía que puede ir a su polaridad más oscura o a su polaridad más luminosa, dependiendo de la intención y la carga que le dé la persona que lo maneje.

Hacernos cargo y conscientes de nuestra relación con el dinero es algo importante en estos tiempos en los que sigue siendo nuestra moneda de intercambio. Ver cuál es nuestro patrón con respecto al dinero: si lo rechazamos, o lo acumulamos, si lo perdemos, si lo idolatramos. Reflexionemos que cualquier extremo es malo y a la vez se solapa. Crecer en consciencia abordando los aspectos espirituales implica abordar la materia. Como seres espirituales tenemos un cuerpo físico y estamos experimentando en la materia, y la propia ciencia nos explica que todo lo físico es energía, por lo que sostener nuestra espiritualidad en la densidad de una forma equilibrada en todas las facetas, incluyendo el económico, es el camino de una vida plena y en paz.

Los humanos tenemos muchas memorias negativas con el dinero porque han sido muchos los que se han perdido en la adicción, en la acumulación, y ha ocasionado mucho sufrimiento cuando el ser humano se ha ido a la avaricia. Por dinero se ha matado, se ha humillado, se ha prostituido, se ha torturado, se ha robado, se ha vendido la dignidad, se ha traficado, se han roto relaciones… Esas memorias están ahí, en todos nosotros, en nuestros linajes, además de otras anteriores que están conectadas a la escasez, a la falta de, al no merecimiento. Y unas memorias han llevado y siguen llevando a las otras y, viceversa. Así tenemos varios perfiles de personas: las que siguen matando, abusando, traficando por dinero, las que viven para acumular dinero y no tienen tiempo para disfrutarlo, las que se les escapa el dinero y nunca tienen abundancia, las que no son capaces de poner un valor económico proporcional a lo que venden o hacen, las que rechazan el dinero porque lo asocian a la cara oscura del ser humano…

Para poder reconciliarnos con el dinero y sanar nuestra relación con él debemos, en general, empezar a mirarlo de una manera diferente, neutra, como lo que es, una energía, sin más, que se utiliza para el intercambio cuando no hay otra cosa que podamos dar a cambio cuando otros nos dan algo. Porque todo lo que damos también es energía, a veces son cosas materiales, otras nuestro tiempo o esfuerzo y otras veces conocimientos. Nada debe quedar en deuda energética, todo es un intercambio, porque eso implicaría quedar por debajo del otro, y aquí nadie es inferior ni superior a nadie.

El dinero en su polaridad más elevada es agradecimiento, es amor, es luz, puede vibrar muy alto, tan alto como vibremos nosotros, y tan alto como las manos (extensión del corazón) de quién lo tome.

Para sanar nuestra relación con el dinero también tenemos que mirar, en particular, nuestra historia, nuestra relación con papá y mamá: si nos hemos sentido amados, si seguimos esperando su valoración, si nos sentimos agradecidos o desagradecidos por habernos dado la vida. ¿Por qué cómo vamos a tener dinero si rechazamos a nuestros padres? El rechazo a nuestros padres genera sí o sí el rechazo a la vida, y el rechazo a la vida genera el rechazo a la materia, y en consecuencia, al ejemplo más claro de la materia, el dinero.

Mirar hacia atrás sin juzgar la relación de nuestros ancestros con el dinero, sin juzgarnos a nosotros en tiempos que ya fueron y empezar a mirarlo desde otro lugar. Ser conscientes de que si estamos en la gratitud a nuestros padres, a la vida, conectándonos con nuestra verdad, nuestra autenticidad, compartiendo nuestros dones, talentos y actitudes la tierra nos sostendrá económicamente al igual que en otros aspectos de nuestra vida. Explorar y hacernos cargo de sanar todo lo que veamos con respecto al dinero. Además, soltar el miedo a la carencia, al igual que otros miedos, para abrir nuestro corazón al amor confiando en el camino, nos traerá la abundancia necesaria para seguir avanzando.

Eva Méndez Rolán

Eva desde o fogar
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